“Por fin lo comprende mi corazón: escucho un canto, contemplo una flor…” Nezahualcóyotl Correr por los campos y las milpas con tus amigos, atrapar chapulines y renacuajos, explorar en la cueva del chicle, visitar los pozos, aprender a nadar en la caudalosa corriente del río, admirar la belleza de los pececitos de colores nadando a tu lado, o jugar futbol y canicas hasta media noche en las calles sin temor a nada. Hoy en día esas experiencias parecen sacadas de un cuento de aventuras, como una infancia de ensueño, pero fue una realidad: fue la niñez de mi padre en la capital queretana, la cual es imposible de ofrecer a los niños de hoy, en nuestras aglomeradas ciudades, colmadas de banalidades. Durante el siglo XXI se ha presentado el mayor crecimiento urbano como nunca antes en la historia de la humanidad, pues vivir en estos asentamientos le ha traído comodidad, comercio, tecnología, servicios y alimentos a la mano, estatus, educación, entretenimiento y cultura, bien...