En un mundo donde todo es incierto, hay una sola cosa de la que los seres humanos estamos seguros, de la muerte, es algo que inevitablemente vamos a pasar. En este camino tristemente nos toca ver a nuestros seres queridos pasar por ello. Es todo un camino de miedos, incertidumbres y cuestionamientos después del final de la vida y por eso, es que infinidades de culturas, tradiciones y creencias han intentado explicar esto a través de los años. Algunas culturas creen mucho en la reencarnación, sin embargo, en México y gran parte de la cultura occidental, se cree en un alma que va a alguna parte.
Actualmente la creencia que se tiene respecto a lo que pasa después de la muerte, va muy de la mano de las creencias de las personas. Estas creencias se han ido modificando y adquiriendo nuevas ideas de otras culturas. Pero sin importar muchos ideales, al menos en México hay una celebración casi de la misma manera en todo el país, con algunos distintivos de cada región. Esta es la celebración del día de muertos, donde los últimos días de octubre y primeros días de noviembre, los seres queridos ya fallecidos regresan para convivir con sus familiares.
Los días varían porque hay diferentes celebraciones en cada uno, el 28 de octubre, es un día para las almas que murieron de una manera trágica o violenta; 30 y 31 de octubre, es para los más pequeños y los que no llegaron a ser bautizados; el 1º de noviembre es para todos los niños, o aquellos que según la tradición llevaron una vida ejemplar; el 2 de noviembre, el último día, es el día de todos los santos. Esta última es la celebración más conocida y más festejada, en estos días se ponen altares a las personas fallecidas en plazas públicas y muchas familias ponen uno en sus casas.
Estos altares tienen diferentes cosas, y todas tienen un simbolismo e importancia. Se pone una fotografía de la persona a quien va dirigido el altar, junto con un espejo para que el difunto pueda ver a sus familiares a través de este. Una cruz de sal o ceniza. Copal e incienso para purificar las energías del lugar. Una representación del fuego, poniendo veladoras, que representan una luz de guía. Agua, que significa la pureza. Flores o aromas, que también sirven de guía, las más usadas son las de cempasúchil. Calaveras, para recordar que la muerte siempre está presente. Comida, sombre todo algunas que eran favoritas del difunto. Y cosas personales, por ejemplo juguetes, libros o ropa.
A muy grandes rasgos esto es el festejo de día de muertos, una celebración que ha sido reconocida como patrimonio cultural inmaterial de México. Una tradición que hemos visto innumerables veces en libros y películas. Esto fue sólo una idea de cómo es concebida la idea de la muerte para los mexicanos, pero hay detrás de esto muchos estudios, influencias y creencias religiosas. Al igual que los elementos del altar, los hay en muchas formas y versiones, incluso, con muchos más elementos, que amplían estos símbolos. Que a su vez todo esto reafirma lo gran estructurado esta tradición.
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