Me gusta creer que los conciertos son fundamentales para la catarsis del alma. En ellos se prolonga un sentimiento de plenitud que comienza en el segundo donde se descubre la fecha del evento y termina con la última vez que visualizas la silueta del artista fundirse con la inmensa oscuridad. Podría parecer una especie de sueño, pero no lo es y te das cuenta que en ese momento eres feliz. Eso sentí el domingo 09 de febrero cuando SuperM se presentó en la Arena Ciudad de México.
Asistir por primera vez a un concierto de kpop puede resultar abrumador. Los fanáticos de este género suelen ser dedicados en exceso y su especialidad es diferenciarse de los demás. Los atuendos llamativos y el lightstick en la mano cargado con orgullo es primordial. Desde horas antes del evento hay una energía que no te permite estar estático, los fans bailan las coreografías del grupo y realizan competencias amistosas entre ellos. Es un ambiente sano donde la alegría destaca justo antes del caos emocional.
Entonces, por fin permiten el paso hacia tu asiento. La emoción llega hasta la garganta, los nervios se encargan de que sepas sobre la autoridad que ejercen en ti. Al llegar al asiento empieza la sensación de vagar en un sueño. La compañía de SuperM llevó una producción majestuosa, las pantallas al fondo del escenario crearon el ambiente perfecto. Hay una pizca de magia en lo simple, y al hacer un show sin bailarines extras y mil cambios de escenografía se puede apreciar mejor el talento de cada miembro.
En este grupo cada integrante tienes canciones en solitario, esas canciones se mezclan con las que se encuentran en su álbum. De esa manera, se van intercalando solos y en conjunto, todos tienen su momento de brillar, es una mezcla bellísima de talento. La vibra que se expandió en el concierto fue agradable, los lightsticks daban la luz que el corazón transmitía. Hubo lágrimas y risas, la comunicación no fue un problema ya que ellos llevan a una traductora. El esfuerzo de ellos se notó en su presentación.
Los conciertos son una gran experiencia para el alma, tienes la oportunidad de conocer a personas con tu mismo interés, y además te encierras por unas horas en el paraíso. Las emociones que no sabías de su existencia salen y se apoderan de ti. Las preocupaciones y disgustos desaparecen en el momento que tu canción favorita empieza a sonar, ves las expresiones que hace tu artista y te das cuenta que en ese momento solamente eso importa. Las producciones son un arte, el cual merece ser apreciado.
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