Durante estos momentos de crisis, en los que somos llamados a mantenernos más tiempo en el hogar, muchos tenemos la oportunidad de desarrollar nuevas y más fuertes conexiones con nuestra familia, a pesar de que, sí, al principio puede ser ardua labor, creo firmemente que es una experiencia de lo más agradable si realmente nos disponemos a pasar un buen rato. La familia es (como lo he mencionado en publicaciones anteriores) la partícula esencial de la vida social, y al haber muchos tipos de familias, también existen muchos tipos de relaciones en ella, la de los padres y los hijos, la de los hermanos, la de los abuelos, tíos, etc.
Es muy importante señalar, que el bienestar de nuestra familia y los productos de nuestras actividades familiares dependen del tiempo, esfuerzo y dedicación que le entreguemos al progreso de ella, es decir, el éxito familiar es totalmente proporcional al tipo de desempeño que lleves en ella; si te relacionas de una forma indispuesta, con actitud negativa, desdén, indiferencia e intolerancia, puedes llegar a tener una mala experiencia, aún en situaciones en las que crees que tienes dominio ya sea por confianza, responsabilidad o respeto, en cambio, si te propones a ser más empática o empático, a cultivar relaciones conscientes, amorosas, fructíferas, eficientes y gratas, cada experiencia será oportunidad de crecimiento, de aprendizaje y de gozo.
Algunas actividades que se pueden practicar para lograr una sana convivencia son desde actos básicos de toma de consciencia como meditar y reflexionar en la vida de los demás, ponernos en "sus zapatos", y ser más flexibles en nuestra manera de conectarnos, hasta crear espacios y tiempos destinados a actividades recreativas, juegos, funciones de cine en casa, comidas, charlas, y demás. Todo aquello que nos haga avanzar hacia la meta de armonizar con nuestra familia es un paso que nos merecemos dar y seguramente es también una ocasión digna de celebrar. Es clave tener presente siempre que mientras más correspondamos a los actos de convivencia de los otros más reciprocidad generaremos y viceversa.
Algo que podemos probar como punto de partida para nuestra sana convivencia familiar, es ubicarnos dentro de los roles familiares, es decir, darnos nuestro lugar y función dentro de la familia; si eres el hijo mayor de tres hermanos probablemente quieras trabajar en tus hábitos de liderazgo, si eres la hermana de en medio es razonable que te interese definir tus motivaciones, y si es el caso de que eres el hermano menor, como yo, te aseguro que estarás pensando en cómo incluir tu iniciativa en la dinámica familiar. Todo es cuestión de que realmente fijes objetivos, metas y vayas por esos logros, recuerda que incluso en la familia hay muchas diferencias, no es un proceso fácil el de lograr una convivencia excelente, y las estrategias varían dependiendo de cada quién, aunque eso sí, vas a disfrutar a lo grande el haber fortificado tus lazos familiares cuando lo logres, la familia siempre se apoya entre sí y verás que te sentirás muy orgullosa u orgulloso.
Por último quiero concluir con una invitación: es una llamada de comprensión y compasión, enfocada hacia el mejoramiento de nuestra vida social, me gustaría que te tomaras unos minutos para contemplar, considerar y sobre todo agradecer, trata de ver más allá de lo que normalmente vemos, y realmente admirar la increíble maravilla y bendición que es tener una familia, es verdaderamente magnífico, toma en cuenta que es algo que no todos experimentan, muchos tienen que valerse por sí mismos y nunca sabrán lo que es un abrazo materno después de un mal día, o unas palabras de aliento paternales antes de un gran desafío, incluso una broma liberadora de una hermana o hermano, no, muchos sólo lo fantasean. Así que esta vez, te invito, a que vayas con tu madre, tu padre, tu hermano, tu hermana o tu demás familia y observes detenidamente cada detalle del inmenso amor y comprensión que te regalan y totalmente agradecido, aproveches la oportunidad de ser parte de ella.
- Ian
- Ian
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