Pistas
de un suicida; personalidad de un asesino.
Quiero morir.
Seguramente has escuchado a
alguien decir lo anterior o algo similar, inclusive puede que tú seas esa
persona que lo ha mencionado. La personalidad de un suicida tiene un perfil
psicológico un poco engañoso, sobre todo cuando apenas inicia, sin embargo, es
posible detectarlo. Es probable que hayas creído conocer a una persona o que lo
creas actualmente, pero lo cierto es que, nunca terminamos de conocer a los
demás, ni siquiera a nosotros mismos, por lo que pensar que la persona a tu
lado, con quién compartes cuarto, casa o aula no tenga intención de suicidarse…
es un error ¿Te has preguntado cómo
evitar que un suicida cumpla su cometido? Un acto como el suicidio es una
decisión totalmente íntima y personal, pero conocer los motivos del suicida
puede que lo hagan cambiar de opinión, si se muestra el apoyo correcto y
necesario hacia el mismo.
Una persona suicida tiende a
desarrollar ciertas ideas y comportamientos muy característicos de esta
personalidad. Aunque existe una variación en la forma de actuar de las
personas, unas de otras, el tema se ha estudiado con tal profundidad, de modo
que ha sido posible detectar patrones que todo suicida comparte, si bien, no
todos los tipos sí la mayoría de ellos. La impulsividad, por ejemplo, es un factor muy común, en el cual no se tiene medida del
peligro y de los daños que se puede provocar a uno mismo, por lo tanto la
víctima termina lastimada y arrepentida después de autolesionarse. Por otra
parte, hablar acerca del suicidio de tal forma que se exprese un deseo por la
muerte, adquirir las herramientas para llevar a cabo un “futuro suicidio” o
cambiar los hábitos que se practican cotidianamente, son otros ejemplos de patrones
que se desarrollan al poseer un carácter suicida. Pero, ¿qué es lo que hace que
una persona abandone su instinto de supervivencia para buscar terminar con su
vida?
Todos hemos atravesado
situaciones difíciles, momentos terriblemente dolorosos o situaciones
traumáticas que nos marcan de por vida, mas no todos somos capaces de superarlas
de la misma forma, después de todo hay que recordar que el objetivo del
suicidio no es acabar con la vida, sino, terminar con los dolores que hacen de
ella un pesar. La muerte de un familiar muy estimado es razón para hundirse en
un pozo de tristeza y dolor, un pozo del que no todos logran salir. Lo mismo
ocurre con una persona que ha sido violada o violentada gravemente, ya sea física
o mentalmente. Estas situaciones y algunas otras similares son el origen del
desarrollo de conductas suicidas, de las cuales, cabe mencionar, dan paso a la
aparición de síntomas que complican la situación, de tal modo que el suicidio
se vuelva la solución más segura. A todos estos motivos se les conoce como
factores de riesgo.
Un factor de riesgo define si
existe una mayor o menor probabilidad de que el sujeto lleve a cabo su
exterminio. El especialista (Psicólogo, por ejemplo) es el encargado de
registrar una estimación del riesgo que posee el paciente de practicar el
suicidio, esto después de haber atravesado ciertos eventos caóticos y
estresantes, tal y como se mencionó con anterioridad. Existe una división de
los factores de riesgo, es decir que, pueden clasificarse en modificables e
inmodificables. Estos últimos tratan del sujeto en sí o del grupo social al que
este pertenece, son mejorados con el tiempo, mas no clínicamente, mientras que
los de tipo modificable se basan en factores sociales, psicológicos y
psicopatológicos, los cuales sí pueden tratarse
clínicamente. Abordar un tratamiento para un paciente suicida es una
responsabilidad muy grande, cada artefacto que se utiliza involucra un grado de
importancia sumamente relevante para el proceso de ayuda, como lo es por
ejemplo la entrevista clínica.
La entrevista clínica es un
instrumento imprescindible para la valoración del paciente y su condición suicida.
Su importancia recae ante todo
en suponer una primera relación entre médico y paciente, cosa que puede causar
una reducción del riesgo suicida
si termina bien. Cabe añadir que, antes de comenzar una terapia es importante
que la víctima reconozca el apoyo que lo motive a ir a una, esto ya que, aunque
existen casos en los que los suicidas buscan ayuda por si solas, es aún más
común ver a víctimas que recurren a especialistas al estar motivados por
alguien más. Si crees poder ayudar a alguien en una situación así, lo mejor por
hacer es escuchar. Cuando alguien atraviesa por una crisis emocional y/o
mental, muchas veces lo que menos desea es oír un consejo, mucho menos una
crítica, por lo que el primer paso del tratamiento es ganar la confianza del
afectado, para que así este sienta el
apoyo necesario que lo haga seguir, más adelante, un consejo, tal como el de visitar
a un especialista.
Sitiografía:
~La noche de las letras~

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