Una fantasía hecha carne vende cualquier cosa. Desde el primer momento en que la civilización humana se modernismo, la mujer fue formándose de una personalidad y una imagen pre diseñadas, poco a poco, su retrato y concepción se degrado a servidora y producto preciosamente inútil y es que, en lugar de mejorar, con el paso de los años, empeoro aún más.
Desde que el comercio creció la imagen de la mujer se ha explotado de tal forma que más allá de ser una persona es una estrategia de mercadotecnia y uno de los medios más poderosos es el cine. El séptimo arte más allá de solo ofrecer entretenimiento es también un medio para conocer la historia humana, puesto que, en cada historia se retrata el entorno social, formas de vida, de pensar y roles comunes de cada época, mientras que al mismo tiempo, forma y modela el pensamiento social, por lo que, puede decirse, que es y fue un arma poderosa para la formación de la imagen femenina que tanto hoy como antes conocemos.
A inicios del cine sonoro los roles femeninos no tuvieron un gran cambió con respecto al cine mudo, aunque sí, adquirieron más protagonismo, sin embargo, muchas veces no el suficiente refiriéndose a un nivel intelectual.
Durante la época de los 20 30 y 40 sus personajes eran siempre sencillos, secundarios, estéticos casi siempre de la mujer en apuros novia del protagonista. Y su cuerpo era tal vez, y en mi opinión aún, la parte más explotada puesto que su vestuario podía estar conformado solo con trajes de baño o leotardos. En pocas palabras su papel era encantar, ser delicada, perfecta y absolutamente indefensa.
Irónicamente durante finales de los 40 y principios de los 50 su vestuario se hizo más recatado con vestidos hasta debajo de la rodilla y medias oscuras. Claro que esta época en particular se vivió de forma distinta en distintas partes del mundo. En Estados Unidos la mujer adquirió un rol social muy marcado de mujer pasiva, obediente y responsable de sus deberes domésticos. No es extraño que en dicho país y durante aquella época las mujeres no tenían papeles realmente importantes en el cine, siempre era esposa, responsable y siempre en la cocina, delicada y dispuesta a todos los deseos de su esposo.
En México, durante la época del cine de oro mexicano, variaban más los personajes femeninos, no se presentaban demasiadas escenas con mujeres en la cocina pero se destacaba la imagen del hombre, quien siempre era el protagonista y héroe. A pesar de que la mujer tenía papeles más variados nunca se salía del canon estético e idealista que existía en la fantasía masculina.
Continuara...
-Cronos-
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