"Quiero encontrar una cosa tersa, armónica, por donde
se deslice mi alma. No estos picos, estas heridas inútiles, este caer y
levantar; más alto, más bajo, chueco, casi inmóvil y vertiginoso."
— “Río subterráneo“, Inés Arredondo
Inés
Amelia Camelo Arredondo, se rebeló contra las costumbres patriarcales de su
padre y se cambió el nombre, eligió llevar el apellido materno, porque fue en
su abuelo, Francisco Arredondo, donde encontró el cariño y apoyo
económico que le permitió estudiar, aprender y convertirse en una de las
escritoras más relevantes de la literatura mexicana. Escribió ensayos, reseñas,
notas y artículos periodísticos, trabajaba a la par de sus colegas varones,
pero relegan sus colaboraciones y anularon su nombre, lo cuenta la propia Inés:
“Es curioso, yo siempre
estuve metida en la revista, pero como sombra: las reuniones eran en casa de Tomás
y mía, y yo sí votaba y todo, pero mi nombre no aparecía en la revista; mesas
de redacción iban y mesas de redacción venían, y a mí me tocaba corregir
planas, corregir galeras, seleccionar material y todo eso”.
Esto
repercutió en la literatura de Inés, pues en los relatos que publicó y que
forman parte de sus tres libros: La señal (1965) Río
subterráneo (1979) y Los espejos (1998) más de la
mitad son narrados por mujeres, ya sean niñas, adolescentes o adultas, y en la
mayoría de los cuentos restantes, si bien, el narrador es un hombre, tratan de
algún tema relacionado con las mujeres. Ya sea que la autora se lo propusiera o
no, muchos de sus relatos retratan una condición femenina, habla de
embarazos, maternidad, el vínculo entre la madre y los hijos y la aceptación y
el rechazo a la educación tradicional entre otras temáticas.
Sin embargo, esto no quiere decir que sus relatos solo se trate la feminidad, en sus cuentos explora temáticas de la propia condición humana, rechazo, aceptación, sexualidad, muerte y dolor, Inés no tenía miedo de escribir sobre la locura, la maldad o la perversión, es así como podemos encontrar a personajes nada comunes, ya que viven una vida tranquila hasta que pasa un acontecimiento que la rompe y los lleva a situaciones límites.
Sin embargo, esto no quiere decir que sus relatos solo se trate la feminidad, en sus cuentos explora temáticas de la propia condición humana, rechazo, aceptación, sexualidad, muerte y dolor, Inés no tenía miedo de escribir sobre la locura, la maldad o la perversión, es así como podemos encontrar a personajes nada comunes, ya que viven una vida tranquila hasta que pasa un acontecimiento que la rompe y los lleva a situaciones límites.
Inés Arredondo es la cuentita
de lo perverso, los temas tabúes nunca fueron un impedimento en su literatura
por lo que fue considerada un insulto a las buenas costumbres, retrató
una sociedad con secretos inconfesables, que iban desde la locura hasta el
incesto, no cabe duda de que esta autora es una transgresora que hace que nos
preguntemos sobre nuestra propia naturaleza humana.
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