Canto a la
vida, al hombre
y a la
naturaleza, a la madre tierra;
porque la
vida es flor y es canto,
es en fin:
flor y canto.
Natalio Hernández
En México tenemos numerosos escritores y
representantes de las lenguas originarias, los cuales no sólo han contribuido a conservar y
transmitir la cosmovisión y cultura indígena originaria del país, sino también
a compartir su sabiduría y filosofía de vida a las generaciones contemporáneas,
las cuales podemos aprender para encontrar el sentido de nuestra existencia y
vivirla consciente y sabiamente.
Uno de estos importantes artistas es Natalio Hernández Hernández también
conocido por el seudónimo José Antonio Xokoyotsij, es un destacado
maestro, académico y poeta nahua, nacido el 27 de julio de 1947 en Naranjo Dulce, municipio
de Ixhuatlán de Madero, en Veracruz. Es un fundador
de la Asociación de los Escritores en Lenguas Indígenas (AELI, Asociación
de Escritores en Indigenous Lenguas), la Casa de los Escritores en Lenguas
Indígenas (CELI, Casa de Escritores en Indigenous Lenguas), y la
Alianza Nacional de Profesionales Indígenas Bilingües (o ANPIBAC, Alianza
Nacional de Indigenous Profesionales Bilingües). Y algunas de sus obras más
importantes son Xochikoskatl (1985), Sempoalxóchitl /
Veinte flores: una sola flor (1987;), Ijkon ontlajtoj aueuetl / Así
habló el ahuehuete (1989) y Semanca huitzilin /Colibrí
de la armonía (2005), entre otros.
En esta ocasión, de su obra se destacarán los temas
del sentido de la existencia y el amor a la vida gracias a la contemplación e
interacción del indio con la naturaleza. Empezando con el poema Xokoyotsin dialoga con su corazón, donde
Hernández le dice al lector que ha
llegado el momento de comunicarse consigo mismo, para dejar la irritación y la
tristeza que le ha embargado por tanto tiempo y así lograr la reconciliación y
pueda volver a sonreír, ya que la vida es muy breve, por eso hay que
disfrutarla mientras dure. Para llegar a ese estado de conexión, lo invita a
contemplar y apreciar la belleza de la naturaleza.
En el poema Algunas
veces me siento muerto en vida, Natalio explora la crisis de identidad que
padece como indio al ser obligado a no ser él mismo para encajar en una
sociedad occidental, en su forma de vestir, en el lugar donde vive y en sus
antiguos amigos, situación que en
ocasiones no lo deja ser feliz.
En cuanto al poema Es alegre y es triste nuestra existencia, el autor señala la
dualidad de la vida, comparándola con elementos naturales como el mar, la
lluvia y el viento. En cuanto al primero menciona la estabilidad y oleaje del
mar; en el segundo, la suavidad de la lluvia y el estruendo de tormenta; mientras
que en el tercero, contrasta la apacibilidad y violencia del viento. Con lo cual se concluye que así es la vida,
llena de momentos de luz, pero también de oscuridad, y esa disparidad es lo que
nos hace entender el mundo, crecer como personas y valorar o que somos y lo que
es la gente que nos rodea.
Comentarios
Publicar un comentario