La Boda
de Sara
“Amar, no lastimar y
crecer”
Todo
esto parece un sueño, una obra de teatro repleta de actrices preciosas y
actores apuestos. Belleza por todos lados, belleza en las flores arregladas en
el centro de la mesa, belleza en los balcones y jardineras, belleza hasta en la
deliciosa comida. Conversaciones vacías me rodean, algunas mentes destellan
momentáneas; la busco entre las mesas para mirarla, ella luce como una reina,
aún no puedo creer que esa mujer vestida de novia sea mi prima Sara.
Aquella
con la que tocaba la guitarra en el patio central del rancho, con la que iba al
pozo con los perros. Sara, la que bailaba conmigo en el estudio de la casa de
Chapala, ella la que me prestaba su ropa y su identificación para entrar a los
antros y los bares, con la que bebía hasta perder la gracia para después
charlar toda la madrugada acompañadas de una cajetilla de Marlboro rojos, mi
prima la que me compartía su cama cada vez que visitaba su casa. Hoy esa prima
Sara se convierte en esposa, hoy 8 de febrero del año 2020 su vida cambia para
siempre. Ella se ve tan feliz, tan hermosa, como una reina de luz pura, su
madre luce también como una reina de absoluta belleza. Lucen tan bellas las dos
que mis ojos no pueden contenerse y se desbordan en húmeda emoción que amaga con
la devastación de mi maquillaje.
Queridísima
Sara, a través de sus arcadas los recibe la geométrica cantera de estos grandiosos
recintos, atravesando solemnes su rebuscada y gótica fachada, los acoge a ti y
a tu amado en este día tan especial. Mientras la tarde se colma de baile y
cocteles, la noche arriba insospechada con la luna y sus estrellas, pero la
astral dama del cielo nocturno está celosa de ti, porque hoy brillas más que
ella y más que todas las estrellas del firmamento, brillas numinosa y
espléndida, resplandeces con luz propia y tu sonrisa ilumina toda la terraza. Hoy
es tu día, hoy eres la reina, eres la reina de todo San Miguel y de todo el
mundo. Hoy es el primer día del resto de tu vida, acompañada de ese hombre que
transpira amor por ti a través de sus manos y sus pupilas, que como un esmeril
liberan chispas al verte.
La
energía de la noche se desgasta al calor de los tequilas, se consume como el cigarro
que sostienes mientras una mujer desenreda el tul de tu radiante vestido. La
luna, nacida del monte a punto de ser llena, es testigo silenciosa de este
evento tan único y especial, toda esta energía y todos los momentos que hemos
pasado debajo de su aurora han quedado grabados entre sus cráteres para la
eternidad, hoy hasta las células están festejando.
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