Amistad y familia una en la misma:
Amigos son la familia que haces fuera de casa. Al igual que cualquier recién nacido las personas con síndrome de Down son influenciadas por su entorno, en especial por su entorno familiar, y alegremente incorporan a quienes se acercan a ellos a su visión de una familia, tratando a quienes no hace mucho eran desconocidos como parte de la misma.
Sí el entorno en el que se desarrolla un niño es el ideal, este demostrará el afecto que siente por sus seres queridos con las amistades cercanas, es de está manera que cuando dos personas con síndrome de Down se conocen he intercaran constantemente se apegan como si se tratase de hermanos de sangre, en numerosas ocasiones he presenciado como un joven con síndrome de Down se dirige a un amigo suyo o de la familia como: compadre, chavo, amigo, carnal, entre otros términos similares con los que demuestra simpatía por dicha persona.
Pero si el entorno en el que se desarrolla el niño es inadecuado ya sea porque no recibe los cuidados necesarios o el afecto de su familia, como lamentablemente ocurría en el pasado, esto agravará el distanciamiento de la persona con síndrome de Down con quienes le rodean. En estos casos la persona se aislará de los demás al no saber como ínter-actuar en un ambiente concurrido por desconocidos, y serán necesario un largo periodo de terapias que busquen facilitar el desenvolvimiento de la persona con síndrome de Down.
En el mejor de los casos dicha persona se relacionará con otros en situaciones similares a la propia, posiblemente buscando la familia que deseaba tener. Sea cual sea la situación, se destaca la intención de la persona con síndrome de Down por integrarse a un grupo social como es natural en los seres humanos, en casa, en la escuela, la iglesia, el parque o donde quiera que se encuentre, tratará de integrarse a las actividades de la sociedad sintiéndose parte de la misma.
Si consideramos las ideas anteriores sobre la búsqueda he intención por relacionarnos y formar una familia a la cual llamar propia, quedan claras las similitudes que tenemos como seres humanos a pesar de nuestras diferencias físicas y/o mentales, ¿cuántos amigos verdaderos tenemos? ¿a cuántos deberíamos considerar familia? para una persona con síndrome de Down la respuesta es la misma, todos.
Sin más que agregar por ahora, se despide, el Trovador de Santiago.
Agur.
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