Tratar de entender la muerta es una tarea difícil incluso para un adulto, por ello, pensemos que un niño no logrará tener el mismo nivel de raciocinio, ni creará un concepto de la muerte muy acertado. Además, la manera en que vivirá el duelo, puede ser espantosa si no se le guía adecuadamente. Sin olvidar, que el niño no necesitará conceptos incomprensibles, sino, ser escuchado acerca de sus inquietudes, sus temores y fantasías.
Es importante tratar de familiarizar al pequeño con algunas definiciones sobre el tema, esto antes de que tenga que presenciarlo y se sienta asfixiado con escenas incomprensibles o con hechos que no puede terminar de entender. Algunas de ellas podrían ser: el ataúd "se trata de una caja especial, usualmente de madera, en el que se coloca el cuerpo", el entierro o funeral "es una reunión de familiares y amigos en la casa, la iglesias, la sinagoga, el templo o el cementerio, con el fin de hacerle un homenaje, despedirse de él", el duelo mismo "comprende todos los sentimientos y las cosas raras que sentimos después de que alguien muy importante para nosotros ha muerto, podemos sentirnos tristes, solos, asustados y todo ello es normal. Suicidio "es quitarse la vida uno mismo, las personas llegan a esto cuando tienen graves enfermedades mentales o sienten que no hay otra salida para sus problemas".
Otro punto importante sin duda, son las señales completamente normales que el infante representará ante el duelo, tales como: Trastorno del sueño, como pesadillas, insomnio y dormir demasiado. Presentar dificultades para concentrarse en la escuela, algunas veces puede aparentemente no sentir nada, mostrarse interesado en temas de enfermedades, sentir miedo a quedarse solo, llorar con frecuencia, etc. Resaltemos que todo ello es normal y esperable, no obstante, si los síntomas perduran o coexisten muchos es importante pedir ayuda médica y profesional pues de no ser tratado el niño podría presentar bloqueos en su desarrollo emocional.
Por último, tengamos presente que de no tratarse de una mascota (que igual es importante guiarle con su respectivo duelo) y sea más bien un familiar cercano, tanto así como un hermano, la madre o el abuelo, nosotros como responsables del menor aunque estemos de igual modo viviendo nuestro duelo y conllevando el dolor propio no debemos dejarlo de lado, pensando que quizá por no entender en demasía, lo que está pasando, no está sufriendo. Claro es importante que como adulto vivamos el duelo naturalmente, pero pensemos que llevamos una ventaja, ya sea raciocinio o pleno entendimiento de la muerte, el cual el pequeño no es capaz de ello; por ende, aún cuando hayamos llevado el concepto a él o ella desde temprana edad, es imprescindible escucharle.
Comentarios
Publicar un comentario