Actualmente nos enfrentamos con las repercusiones que hemos causado a la
Tierra en nombre del progreso. Juntos hemos contaminado el planeta por todos
los medios posibles, causamos la extinción de miles de especies. En los últimos
años se ha creado una conciencia para beneficio del planeta y a su vez un nuevo
interés para combatir las consecuencias de nuestras acciones pasadas. Ahora
somos conscientes de que debemos cambiar nuestro consumo y procesos de producción.
Cada día se buscan medidas y alternativas para reducir la contaminación y
aprovechar al máximo los recursos, esto no solo se ha limitado a la producción
industrial, sino también a nuestra vida cotidiana. Con el objetivo de crear un
impacto ambiental, algunas personas están promoviendo realizar cambios en la alimentación,
consumir comida ecológica.
Con la nueva visión ecológica se ha aumentado la demanda de productos eco-friendly,
con eso en mente, más agricultores y ganaderos se han sumado para producir alimentos
ecológicos, es decir, generar productos sin utilizar fertilizantes, plaguicidas
u hormonas de crecimiento. Estos alimentos comúnmente son producidos y vendidos
de forma local, ya que así, se elimina el uso de combustible o energía para su
transporte. Además de cumplir con estos requerimientos, los productos deben
estar certificados por un organismo independiente para garantizar que el proceso
de producción sea el establecido.
La mayoría de frutas y verduras que encontramos en supermercados y algunos
mercados locales son producidos de forma industrial en plantaciones de gran extensión
que utilizan pesticidas, fertilizantes químicos y otras sustancias que aumentan
la producción para hacerla a más escala. El uso de productos que aceleran en crecimiento
y la producción de frutos genera algunas repercusiones en el contenido de los
alimentos y a su vez, en la salud del consumidor. Pero no solo eso, sino que también
provocan daños en el suelo, causando un uso cada vez mayor de fertilizantes y
finalmente una pérdida de suelo fértil. La fabricación de pesticidas y
fertilizantes implica un gasto de recursos como agua y energía, lo cual culmina
en una actividad contaminante.
Por su parte, el campo de la ganadería se trabaja con razas autóctonas del país
o la región, son criadas desde su medio. Los ganados viven en su medio, cuando
son jóvenes son alimentados con leche materna, posteriormente, se crían al aire
libre. Después de los primeros meses su alimentación se basa en maíz, soja, pasto
o los alimentos acordes a la especie del animal. Como en la agricultura, los
aditivos o estimulantes para aumentar su crecimiento o peso son eliminados. Para
su sacrificio, los animales son llevados de forma individual y se busca que
sufran lo menos posible, y con esto reducir las toxinas que contiene la carne cuando
el animal muere con estrés.
Gracias al interés de la sociedad y el compromiso creciente por ayudar al planeta,
se generan nuevas estrategias para reducir agentes contaminantes. Empezar a
realizar cambios como sustituir la comida “común” por una amigable con el medio
ambiente, es uno de los pasos que podemos poner en práctica para ayudar al
medio. Esta clase de alimentos mejora la calidad de nutrientes que obtenemos, crea
un aumento de la economía local y lo más importante, ayuda a reducir la contaminación.
- Astronauta.
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