De
acuerdo con la Organización Mundial de la salud, la depresión es una alteración
del cerebro recurrente en los seres humanos. Es la presencia de tristeza
considerable, desesperanza, falta de apetito, trastorno del sueño, perdida de
interés de todo tipo. La causa no se sabe con exactitud,
pero existen diversos factores de su procedencia:
·
Personalidad del paciente. Tener rasgos de
inferioridad, inseguridad en uno mismo, dependencia, ente otros; son las causas
de las cuales puede desarrollarse la depresión.
·
Causas ambientales. Se debe tener en cuenta cómo
vive esa persona; si tiene algún duelo familiar, si pasa dificultades económicas
o escolares, o si tiene un problema de salud.
·
Factores biológicos. Puede haber tres posibles
componentes: las alteraciones cerebrales, neurotransmisores y genéticas. Las
cerebrales son por modificaciones de dos áreas del cerebro: área frontal y área
límbica. La segunda opción puede ser una falla de no segregar correctamente los
químicos como la serotonina o dopamina. La última opción es más fácil que un
familiar cercano que padezca o que haya padecido depresión sea vulnerable.
Las personas que sufren depresión,
normalmente no lo quieren aceptar por el simple hecho de no ser una carga para
las personas que las rodean. Estas personas tienen episodios depresivos de
agudos a graves. A veces no pueden ni levantarse de la cama, y no es por flojera,
sino porque no pueden. No poseen la fuerza suficiente para afrontar el día. Sus
pensamientos les recuerda constantemente que no valen la pena, que no debieron
de nacer, que sólo son una carga para la sociedad y, en algunas ocasiones, toman
la decisión equivocada de suicidarse, solo para callar esas ideas. Ya no disfrutan
de las actividades que antes les encantaban. Sus ganas de llorar son frecuentes
y no solo es a las 3:00 de la mañana solos en su habitación, sino también puede
ser que están en la escuela a las 10:00 de la mañana y de pronto, les llegan
esos pensamientos y se les llena de lagrimas los ojos y quieren gritar hasta
desgarrar sus cuerdas vocales. A pesar de que están rodeados de personas en ese
momento, se sienten como si fuera el ultimo ser humano de la tierra.
La depresión no tiene cura, pero,
existen métodos que pueden tratarla. Está, por ejemplo: la terapia y la medicación.
Ambas están de la mano, pero la terapia la trata un psicólogo, mientras la medicación
sólo la puede dar el psiquiatra y con receta médica controlada. El paciente no
se debe de automedicar porque puede perjudicar más su condición. A veces los
medicamentos tienen efectos secundarios como: mareos, vómitos, diarrea, dolores
de cabeza, ansiedad, hipertensión, entre otros. Por eso, cada psiquiatra tiene
la responsabilidad de medicar con bajas cantidades para saber cuál le conviene
a su paciente.
La OMS ha llegado a la conclusión
que la depresión afecta al 4% de la población mundial y los mas propensos son los
jóvenes, las mujeres y las personas de la tercera edad. El Instituto Nacional
de Psiquiatría de Ramón de la Fuente Muñiz estima que la depresión en México
afecta a la mujer y está en primer lugar en discapacidad en ellas. Los datos de
la INEGI estima que en el año 2018 se registraron 6, 808 suicidios a causa de
muchos factores como la depresión, la ansiedad, problemas familiares, problemas
económicos y abuso de alcohol y drogas.
Esta enfermedad te aleja de las
personas que quieres, te aleja de las actividades que te gustan e incluso te quita
las ganas de vivir. Cada persona es un mundo y es importante ser amable con
todo ser humano que te topes, porque no sabes qué estará lidiando dentro de su
cabeza. La depresión no es querer llamar la atención, no es solo estar triste;
es estar en un hoyo y saber que te estás hundiendo, pero simplemente no puedes
salir de ahí. A veces debemos tocar fondo para saber que necesitamos ayuda.
Nada ni nadie debe hacer sentir menos a una persona, no sabes que al realizar
un comentario hiriente, se le quedará grabado de por vida en su mente y eso
puede desencadenar a la depresión.
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