Fomentar el bienestar de los otros es sin lugar a duda, un objetivo primordial en cualquier tipo de relación. Aunque, es esencial reconocer, nuestras prioridades, deseos y estados, para primeramente procurar el bienestar propio, antes que el ajeno. Saber cuáles son las oportunidades de crecimiento, y así mismo trabajar en nuestros defectos, para después relacionarnos óptimamente. Crear lazos fuertes, estables y prósperos.
Las relaciones saludables son aquellas que cumplen con todas estas características, significan una profunda conexión entre personas, que brindan confianza, respeto y responsabilidad como cimientos de toda creación conjunta, las relaciones no buscan sólo complementar personalidades, sino que crean cooperativamente espacio y tiempo sinérgico. Se declaran los límites, las condiciones, y se hace pensando tanto en sí mismo, cómo en los demás, para alimentar el progreso mutuo.
Las relaciones saludables cuidan el bienestar conjunto, trabajan en la libertad de los integrantes de la relación, y modelan ejemplos de inspiración, admiración, y entrega. Cada persona tiene el deber de comunicar sus intenciones, y de transmitir lo mejor para la otra persona, que a su vez le pretende lo mismo. De esta manera se comparte la presencia, la experiencia y la actitud. Y se crea la relación óptima.
Entonces díganme, ¿Quiénes quieren ser en una relación óptima? ¿Buscan sólo la plenitud a costa de los demás? ¿Anhelan verdaderamente trascenderse para hallar la comprensión y compasión?
¿O es simplemente un juego sin compromiso, vago e insignificante? Todo es relativo, a nosotros mismos, nuestra perspectiva, interpretación y obra.
Las relaciones saludables son, sin lugar a duda, las más gratas experiencias, ya que no solo satisfacen nuestra necesidad de encuentro social, sino que transforman nuestra vida en una auténtica aventura, develando el misterio de nuestro potencial como seres sociales, mejorando nuestras capacidades de relación y aumentando nuestras virtudes conjuntas. Es totalmente inigualable, inexplicable y enriquecedor. Relacionarnos con alguien más es absolutamente maravilloso.
Las relaciones saludables son aquellas que cumplen con todas estas características, significan una profunda conexión entre personas, que brindan confianza, respeto y responsabilidad como cimientos de toda creación conjunta, las relaciones no buscan sólo complementar personalidades, sino que crean cooperativamente espacio y tiempo sinérgico. Se declaran los límites, las condiciones, y se hace pensando tanto en sí mismo, cómo en los demás, para alimentar el progreso mutuo.
Las relaciones saludables cuidan el bienestar conjunto, trabajan en la libertad de los integrantes de la relación, y modelan ejemplos de inspiración, admiración, y entrega. Cada persona tiene el deber de comunicar sus intenciones, y de transmitir lo mejor para la otra persona, que a su vez le pretende lo mismo. De esta manera se comparte la presencia, la experiencia y la actitud. Y se crea la relación óptima.
Entonces díganme, ¿Quiénes quieren ser en una relación óptima? ¿Buscan sólo la plenitud a costa de los demás? ¿Anhelan verdaderamente trascenderse para hallar la comprensión y compasión?
¿O es simplemente un juego sin compromiso, vago e insignificante? Todo es relativo, a nosotros mismos, nuestra perspectiva, interpretación y obra.
Las relaciones saludables son, sin lugar a duda, las más gratas experiencias, ya que no solo satisfacen nuestra necesidad de encuentro social, sino que transforman nuestra vida en una auténtica aventura, develando el misterio de nuestro potencial como seres sociales, mejorando nuestras capacidades de relación y aumentando nuestras virtudes conjuntas. Es totalmente inigualable, inexplicable y enriquecedor. Relacionarnos con alguien más es absolutamente maravilloso.
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