En nuestro proceso de vida, se nos presentan diversas oportunidades para crear relaciones con los demás, desde las relaciones familiares (aquellas primerizas como la relación con la madre, el padre, o los hermanos), hasta aquellas relaciones rebuscadas (cargadas con elaboraciones tanto personales como compartidas). Cada una es distinta, tiene áreas en las que podemos aprender, compartir, enseñar, o simplemente disfrutar, y cada conexión con alguien es distinta. Ciertamente existen relaciones que desde un inicio son definidas por su propiedad social, las familiares nos sirven de guía para círculos posteriores, las amistosas nos sirven de puente entre la familia y los demás, las profesionales nos preparan para las laborales, las cuales nos hacen integrarnos a la sociedad y las relaciones de pareja nos brindan la oportunidad de conectarnos profundamente con alguien.
Sin embargo, cada relación al ser una experiencia distinta requiere diferentes cualidades, sabiduría, , disposición y actitudes, y es dependiendo de ésto que una relación es fracasada o exitosa. Hay que comprender que el trato hacia cada persona es clave para generar relaciones óptimas, cada quién tiene diferentes perspectivas, expectativas, gustos, intereses, defectos, disgustos y prioridades, así que es crítico saber conocer a cada persona de manera particular. Mientras tengamos esto presente podremos usarlo de punto de partida para construir lazos únicos con cualquiera que se cruce en nuestro camino. Una vez dicho esto, es sumamente importante señalar, que así como muchas veces es fácil la generación de nuevas relaciones, también habrá veces que encontremos dificultades para relacionarnos con los demás. Algunas veces no será suficiente nuestra preparación, no hallaremos puntos comunes, o serán falsos e ilusorios los que creamos compartidos. Estos casos pueden generar malentendidos y conflictos, pueden ser evidentes o sutiles y provocar una relación toxica.
Si alguna vez aquella persona con la que tienes una relación, ya sea familiar, amistosa, académica, laboral o de pareja, te ha hecho daño, humillado, chantajeado o violentado has experimentado una relación toxica. Ésta se da cuando una o más personas en una relación se perjudican. Las personas involucradas tienen comportamientos nocivos, ya sea que los justifiquen o no, crean que los merezcan o no y producen desde incomodidad hasta una grave ofensa contra nosotros. Algunas veces resultando en problemas serios. La mayoría de las veces las relaciones tóxicas se ocasionan por problemas emocionales personales, puede ser baja autoestima, expectativas muy altas en los demás, victimización, dependencia emocional, miedo a la soledad, miedo a salir de la zona de confort, actitud posesiva, egoísmo, inducción de culpa y demás. Y es muy importante saber identificar qué es lo que esta ocasionando el perjuicio, quién es el que está generando la toxicidad y cómo solucionarlo.
Primeramente es recomendable hacer una auto evaluación del estado personal y de la relación existente, entender que nuestra integridad, libertad, bienestar y plenitud son primordiales para poder generar lazos exitosos, y que de ninguna manera son destruibles, tenemos el derecho a la paz. La soledad es más valiosa que la mala compañía. Posteriormente es aconsejable que se considere la opción de hablar con la persona relacionada, una buena comunicación y un mejor trato puede lograr reconciliar a personas conflictivas, y el respeto, el establecimiento de límites y la transmisión de incomodidades, disgustos, y opiniones puede llevar a un entendimiento compartido, hay que comunicarnos asertiva y acertadamente, el amor y el respeto jamás producirán malestar ni miedo, serán satisfactorios, inspiradores y liberadores.
También hay que comprender que no siempre es posible sanar una relación tóxica solos, es muy importante, siempre procurando nuestra seguridad, saber pedir ayuda, externar nuestros sentimientos, pensamientos y actitudes hacia personas de confianza, familiares, amigos, profesionales y otros, ya que ellos sabrán cómo apoyarnos para tener mejores soluciones. Y así mismo ser conscientes de que existe un punto en el que no está en nuestras manos solucionar el conflicto, hay personas que no tienen las mismas intenciones que nosotros y no pretenden mejorar, así que en estos casos la mejor opción es alejarnos y fomentar nuevas conexiones con personas más afines a nuestras metas. Es de sabios aprender a decir no.
Sin embargo, cada relación al ser una experiencia distinta requiere diferentes cualidades, sabiduría, , disposición y actitudes, y es dependiendo de ésto que una relación es fracasada o exitosa. Hay que comprender que el trato hacia cada persona es clave para generar relaciones óptimas, cada quién tiene diferentes perspectivas, expectativas, gustos, intereses, defectos, disgustos y prioridades, así que es crítico saber conocer a cada persona de manera particular. Mientras tengamos esto presente podremos usarlo de punto de partida para construir lazos únicos con cualquiera que se cruce en nuestro camino. Una vez dicho esto, es sumamente importante señalar, que así como muchas veces es fácil la generación de nuevas relaciones, también habrá veces que encontremos dificultades para relacionarnos con los demás. Algunas veces no será suficiente nuestra preparación, no hallaremos puntos comunes, o serán falsos e ilusorios los que creamos compartidos. Estos casos pueden generar malentendidos y conflictos, pueden ser evidentes o sutiles y provocar una relación toxica.
Si alguna vez aquella persona con la que tienes una relación, ya sea familiar, amistosa, académica, laboral o de pareja, te ha hecho daño, humillado, chantajeado o violentado has experimentado una relación toxica. Ésta se da cuando una o más personas en una relación se perjudican. Las personas involucradas tienen comportamientos nocivos, ya sea que los justifiquen o no, crean que los merezcan o no y producen desde incomodidad hasta una grave ofensa contra nosotros. Algunas veces resultando en problemas serios. La mayoría de las veces las relaciones tóxicas se ocasionan por problemas emocionales personales, puede ser baja autoestima, expectativas muy altas en los demás, victimización, dependencia emocional, miedo a la soledad, miedo a salir de la zona de confort, actitud posesiva, egoísmo, inducción de culpa y demás. Y es muy importante saber identificar qué es lo que esta ocasionando el perjuicio, quién es el que está generando la toxicidad y cómo solucionarlo.
Primeramente es recomendable hacer una auto evaluación del estado personal y de la relación existente, entender que nuestra integridad, libertad, bienestar y plenitud son primordiales para poder generar lazos exitosos, y que de ninguna manera son destruibles, tenemos el derecho a la paz. La soledad es más valiosa que la mala compañía. Posteriormente es aconsejable que se considere la opción de hablar con la persona relacionada, una buena comunicación y un mejor trato puede lograr reconciliar a personas conflictivas, y el respeto, el establecimiento de límites y la transmisión de incomodidades, disgustos, y opiniones puede llevar a un entendimiento compartido, hay que comunicarnos asertiva y acertadamente, el amor y el respeto jamás producirán malestar ni miedo, serán satisfactorios, inspiradores y liberadores.
También hay que comprender que no siempre es posible sanar una relación tóxica solos, es muy importante, siempre procurando nuestra seguridad, saber pedir ayuda, externar nuestros sentimientos, pensamientos y actitudes hacia personas de confianza, familiares, amigos, profesionales y otros, ya que ellos sabrán cómo apoyarnos para tener mejores soluciones. Y así mismo ser conscientes de que existe un punto en el que no está en nuestras manos solucionar el conflicto, hay personas que no tienen las mismas intenciones que nosotros y no pretenden mejorar, así que en estos casos la mejor opción es alejarnos y fomentar nuevas conexiones con personas más afines a nuestras metas. Es de sabios aprender a decir no.
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