El
precio del deseo en Grecia
El deseo, como muchas de las cosas en
la Antigua Grecia, poseía un precio que fue ignorado hasta estos últimos años.
La imagen constante de la violencia hacia la mujer griega (sin importar el
estatus que poseía) es uno de los principales temas que se tratan en cuanto al
desarrollo de la cultura misma, dando entrada a lo que el hombre griego espera
de una esclava, de una cónyuge o incluso de una hija.
No es un secreto que el hombre de la
Antigua Grecia mostraba límites casi inexistentes cuando de la sexualidad se
trataba; a pesar de que se buscaba un matrimonio, éste no era para él un indicador
de exclusividad alguna. Podía disfrutar del sexo con su esposa y también de las
esclavas que mantenía en su hogar. Generalmente en las ciudades que
acostumbraban a conquistar tomaban a las mujeres y las hacían esclavas (al igual que a los niños), la disponibilidad
de éstas en los hogares facilitaba a los hombres darle un papel sexual, no obstante, también para los reyes
jugaban como un símbolo parecido a la moneda.
En el caso de la cónyuge se creía que
unos de los valores elementales que debían verse reflejados en ella eran la
nobleza y el honor, muchas de las veces los hombres en Grecia buscaban y les
parecían mucho más “útiles” las mujeres
con la virginidad intacta; esto gracias a la fama que tenían diosas como
Afrodita o Hera, por las constantes repercusiones que la libertad sexual traía
con ella y por el carácter vengativo y destructor contra las amantes que
sostenían respectivamente. Entonces a pesar de que la poligamia en la Antigua
Grecia no era algo que se considerara malo, para establecerse lo común era
encontrar a una mujer virgen, rara vez era considerada la que gozaba con su
madurez y libertad sexual. En otros escritos podemos ver como representan esta
inutilidad, un ejemplo notorio son las
diosas Calipso y Circe para el héroe en la Odisea.
La imagen de una hija en esta cultura
debía adecuarse a la de la cónyuge para un futuro, sin embargo, ahora gracias
al análisis de la poesía de Sapho se cree que también se buscaba un cierto
grado de educación y es por esto que se les enviaban a escuelas como el thiasos, de igual manera, aquí se
pretendía que su virginidad se guardase hasta que contrajera matrimonio. En la
mitología este tipo de conductas “puras” eran recompensadas con la aprobación
del padre y acompañada con la virtud, como ejemplo se tiene a Atenea, que
siendo una representación de la sabiduría, contaba como requisito para sus
seguidoras que fuesen vírgenes.
En conclusión, lo único que puedo ver
es como los griegos centraron su atención en enaltecer a los héroes, en contar
historias acerca de dioses, acerca de viajes, acerca de guerras, acerca de
venganza y legitimación; se olvidaron del tipo de ideología que formaría
aquella cultura. Una cultura en donde se mostraban lo suficiente para poder
complacer al hombre, pero no lo suficiente para ser mujer.
-Lev
-Lev
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