Psicología de un alma sensible
¿Qué sientes cuando un relámpago cae y te deja en la oscuridad absoluta? ¿cómo te sientes cuando vuelve la luz? Hasta el momento hemos hablado del origen biológico que del síndrome de Down y la apariencia física de las personas que lo tienen, pero el tema que nos concierne en esta ocasión es la percepción sensible de estas personas y como reaccionan a las situaciones emocionales.
Empezando con lo conocido y el fundamento natural de que toda acción tiene una reacción, podemos asegurar que las situaciones del día a día nos provocan cientos de emociones diferentes durante el transcurso del mismo, y ya que todos somos individuos con una mente y personalidad propia y distinta a las demás, reaccionamos de maneras diferentes e incluso contrarias a otros según la situación que se presenta a cada individuo.
Lo mismo ocurre con las personas con síndrome de Down, la diferencia es que una persona con síndrome de Down percibe todo a su alrededor con mayor intensidad, es así que si un sonido fuerte e inesperado nos sobresalta, a una persona con síndrome de Down le ocurrirá lo mismo pero su sobresalto será mayor, y suelen demostrarlo con más intensidad con sus reacciones físicas.
Lo mismo ocurre con las personas con síndrome de Down, la diferencia es que una persona con síndrome de Down percibe todo a su alrededor con mayor intensidad, es así que si un sonido fuerte e inesperado nos sobresalta, a una persona con síndrome de Down le ocurrirá lo mismo pero su sobresalto será mayor, y suelen demostrarlo con más intensidad con sus reacciones físicas.
Como ejemplo, si tenemos a un niño con síndrome de Down en un salón de clases y se encuentra aburrido por la materia, su reacción física hará visible su aburrimiento, pondrá las manos bajo su barbilla, bostezara sin ninguna pena, entre cerrará los ojos y tendrá la vista perdida; todo esto con la intención de que los demás noten que esta aburrido, esta es su forma de comunicarse sin la necesidad del uso de palabras, pues durante su desarrolló a comprendido que estas acciones llaman la atención de quienes le rodean y generan una reacción en respuesta.
Al igual que en las películas mudas en blanco y negro, las reacciones son exageradas para que se denoten los sentimientos he intenciones con mayor facilidad, posiblemente por ser la manera más conveniente que poseen para expresarse sin dar explicaciones.
Al igual que en las películas mudas en blanco y negro, las reacciones son exageradas para que se denoten los sentimientos he intenciones con mayor facilidad, posiblemente por ser la manera más conveniente que poseen para expresarse sin dar explicaciones.
Puede que algunas de estas acciones parezcan exageradas y tal vez irrespetuosas, pero hemos de admitir que son efectivas en su intencionalidad comunicativa. Hasta cierto punto se pueden comparar con raciones de un niño pequeño, o en este caso son las reacciones comunicativas aprendidas y adaptadas para la fácil demostración emocional de una persona con dificultades lingüísticas. Retomando la parte emocional y sentimental, las personas con síndrome de Down destacan notablemente.
Si la intención de la persona con síndrome de Down es demostrar afecto a otra persona, no dudará en darle un abrazo a dicha persona y sonreír, si no quiere hablar con alguien se cruzará de brazos y se dará la vuelta para no dirigirle la mirada, si está emocionado por un acontecimiento seguramente dará un brinco de emoción con los brazos al aire y gritará a toda voz. Claro está que las acciones y reacciones varían por persona.
Su sensibilidad para con su entorno es mayor a la de los demás, detectan las muestras más leves de cambio en la actitud de una persona, si se dirigiesen a un velorio notarían el cambio en el ambiente general y reaccionarían acorde, si fueran a una fiesta compartirían el jubilo. Tal vez la verdadera diferencia entre las personas con síndrome de Down y las demás personas, es que ellos no pueden ocultar sus sentimientos, y no intentan hacerlo.
Sin más por ahora se despide, El Trovador de Santiago.
Agur.
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