Un escudo más fuerte que el de una tortuga, pero con la forma más parecida a las placas óseas de un armadillo, el Anquilosaurio fue una fortaleza móvil capaz de repeler cualquier ataque de un potencial depredador que le doblara el tamaño.
Los fósiles de estas criaturas fueron encontrados en Norteamérica y al este de Asia, revelaban una edad de sesenta y ocho millones de años, por lo tanto caminaron en la tierra a finales del cretácico. El hombre que lo bautizó fue Barnum Brown en 1908, aunque hasta la fecha no se ha encontrado un ejemplar completo.
Aún siendo un herbívoro cuadrúpedo lento y pesado, era una criatura bastante ágil a la hora de defenderse de los carnívoros, teniendo una altura de metro y medio, una longitud de ocho a nueve metros y un peso cercano a las ocho toneladas. Poseía placas en todo el lomo y laterales del cuerpo, hechas de varias capas gruesas de queratina, volviéndolo un escudo duro de romper. Sin embargo, el verdadero peligro era la punta de su cola en forma de maza, la cual balanceaba de un lado a otro para ganar fuerza al chocar contra su oponente.
Un estudio realizado en el 2014 por la mano del paleontólogo Jason Bourke y un grupo de científicos de la universidad de Ohio, presenta que los conductos nasales de ésta criatura mantenían el aire inhalado por mayor tiempo, evitando que el cuerpo se sobre calentara y cayera muerto por el agotamiento.
Las evidencias muestran que el animal tenía una vida solitaria, no era necesario viajar en manadas, su defensa natural era suficiente para cuidarse solo. Pero, como cualquier otro animal, cada vez que las hembras estuvieran en temporada de fertilidad, grandes grupos de anquilosaurios se formaban para aparearse y cuidar de las futuras crías.
- The Plague Razazel
Comentarios
Publicar un comentario