¿Tienes una alimentación inocente o culpable? La mayoría de las personas disfrutan de comer alimentos que les gustan, algunos los eligen debido a su sabor, su aportación nutrimental, precio, calidad, o costumbre. Sin embargo, casi todas las personas nunca consideran la huella ecológica detrás de sus productos favoritos. La sociedad conoce medidas para reducir la contaminación como reciclar, utilizar los recursos de forma responsable, comprar productos esenciales, entre otras, pero deja de lado a nuestra dieta, la cual también es un factor a considerar en el deterioro ambiental.
Algunos individuos creen que al elegir alimentos vegetales sobre alimentos de origen animal es una opción para no producir tanta contaminación como la segunda. Aunque en algunas ocasiones puede ser correcto, la huella ecológica no puede ser considerada únicamente por ese factor. Elegir nuestros alimentos con conciencia, conociendo su método de producción y su origen, es una forma de ayudar a no adquirir productos costosos para el medio ambiente. Las dietas libres de productos de origen animal, resguardan la vida de animales, no obstante, en ellas se pueden incluir alimentos importados, los cuales pueden generar más CO² a diferencia de un kilo de carne.
Consumir alimentos cultivados en casa es una alternativa para asegurar que el consumo de recursos para su producción sea mínimo, aunque esta no es una opción viable para todos, si podemos asegurarnos que los alimentos comprados sean de un productor local. Los productos importados utilizan muchos más recursos, porque necesitan envasarse, transportarse y en algunas ocasiones refrigerarse. Además de ser costosos, los alimentos importados son perjudiciales para la salud (por los conservadores usados en ellos) y en el medio ambiente.
La demanda de producción, en ocasiones ocasionadas por la popularidad y moda, se relaciona con la contaminación al planeta, entre más demanda, mayores serán los deseos de acelerar el rendimiento, el cual, casi siempre va acompañado con un descuido de elaboración. Algunas especies vegetales son cultivadas en zonas donde el agua no es abundante, provocando la necesidad para transportar agua hasta la plantación. En otras regiones los animales son desplazados de su medio para expandir las plantaciones y lograr un mayor número de ganancias, pueden causar un daño a la especie (puede ponerlas en peligro de extinción) o el espacio (por las sustancias químicas utilizadas o una alteración en la cadena alimenticia).
Los productos importados generan kilos de CO², requieren litros de agua y algunos químicos para acelerar su producción, en ocasiones son cultivados en espacios donde antes habitaban animales y vegetación propia del lugar, causando la reducción ecosistemas. Ser consumidores conscientes, así como, seres humanos responsables con el medio, también implica escoger alimentos respetuosos con el planeta. Adquirir productos cultivados en casa, locales o de temporada ayudan a nuestra salud, economía local y por supuesto a nuestro hogar.
- Astronauta.Algunos individuos creen que al elegir alimentos vegetales sobre alimentos de origen animal es una opción para no producir tanta contaminación como la segunda. Aunque en algunas ocasiones puede ser correcto, la huella ecológica no puede ser considerada únicamente por ese factor. Elegir nuestros alimentos con conciencia, conociendo su método de producción y su origen, es una forma de ayudar a no adquirir productos costosos para el medio ambiente. Las dietas libres de productos de origen animal, resguardan la vida de animales, no obstante, en ellas se pueden incluir alimentos importados, los cuales pueden generar más CO² a diferencia de un kilo de carne.
Consumir alimentos cultivados en casa es una alternativa para asegurar que el consumo de recursos para su producción sea mínimo, aunque esta no es una opción viable para todos, si podemos asegurarnos que los alimentos comprados sean de un productor local. Los productos importados utilizan muchos más recursos, porque necesitan envasarse, transportarse y en algunas ocasiones refrigerarse. Además de ser costosos, los alimentos importados son perjudiciales para la salud (por los conservadores usados en ellos) y en el medio ambiente.
La demanda de producción, en ocasiones ocasionadas por la popularidad y moda, se relaciona con la contaminación al planeta, entre más demanda, mayores serán los deseos de acelerar el rendimiento, el cual, casi siempre va acompañado con un descuido de elaboración. Algunas especies vegetales son cultivadas en zonas donde el agua no es abundante, provocando la necesidad para transportar agua hasta la plantación. En otras regiones los animales son desplazados de su medio para expandir las plantaciones y lograr un mayor número de ganancias, pueden causar un daño a la especie (puede ponerlas en peligro de extinción) o el espacio (por las sustancias químicas utilizadas o una alteración en la cadena alimenticia).
Los productos importados generan kilos de CO², requieren litros de agua y algunos químicos para acelerar su producción, en ocasiones son cultivados en espacios donde antes habitaban animales y vegetación propia del lugar, causando la reducción ecosistemas. Ser consumidores conscientes, así como, seres humanos responsables con el medio, también implica escoger alimentos respetuosos con el planeta. Adquirir productos cultivados en casa, locales o de temporada ayudan a nuestra salud, economía local y por supuesto a nuestro hogar.
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