La
mujer como patrimonio exclusivo del deseo masculino
Una
de las principales civilizaciones que daba estímulo al comportamiento erótico y
sexual era claramente la Antigua Grecia. Sociedad elemental para el desarrollo
de conductas sexuales que actualmente poseen nombre y diversas explicaciones.
Gracias
a los fragmentos de autores griegos y obras como lo son las de Homero o Hesíodo,
se tiene una idea de la manera en que manejaban el ámbito de la sexualidad; sin
olvidar destacar que siempre ha sido el
hombre el que le ha dado mayormente este carácter a la mujer. Y ahí es donde se
enfocará la primera parte de esta sección, en la mujer griega y en cómo su
imagen como objeto sexual se ha formado a través de los ideales patriarcales de
una sociedad marcada por su mitología.
Algo
que me parece fascinante de la Antigua Grecia es la manera en que la mayoría de
los mitos exponen conductas aceptables por el antiguo régimen, de cualquier manera,
no es sorprendente que la intención de estas historias se centre en sea el de
establecer el control sobre la libertad sexual de la mujer, haciendo que la mayoría
de veces incluso la femineidad esté vinculada con el mal y con la corruptela de
la misión del hombre.
La
mujer griega ha sido estudiada de distintas maneras: como diosa, como mortal, como
esclava, como esposa, como poeta, como virgen, como madre, como hija, como
fuente de desgracia y como necesidad. En
sus inicios la mitología colocaba a figuras femeninas con un objetivo en
específico, mostrar los valores que se debían esperar de las mujeres antiguas;
siendo una de sus principales cualidades la de la concepción, el placer masculino
y la visión de que eran para el uso propio del hombre.
Algo
que era de gran importancia entre las doncellas en Grecia era la virginidad; con esto se podían
establecer dos visiones: la de la fecundidad, la creación de un nuevo ser y la
extensión del pueblo; o lo que podía ser el cada vez más cercano destino de la
mujer, la muerte. Artemisa, en la mitología griega es la principal
representante de esta figura virginal, sin embargo, es una diosa que es
asociada con la vida de las mujeres en general ya que se le considera sensible
en cuestiones como el parto de las mujeres y la crianza. A pesar de ello, en uno de sus mitos se habla
que una de sus seguidoras (Calisto) fue de las primeras en ser expulsadas de su
cuidado gracias a que había sido violada por Zeus y producto de aquello había
quedado embarazada; aquí entonces Artemisa ocupa el lugar de “ángel vengador” muchas
veces gracias a la imagen virginal que posee. Y lo que se puede resaltar en los
procederes mitológicos es que rara vez ella pareciera ser “castigada” de la manera
en que lo han sido otras diosas que han decidido dejarse llevar por su propio
deseo; un ejemplo de esto es Afrodita, que en uno de sus mitos es castigada con
la humillación pública ante una aventura amorosa con Ares.
Así
es que con la creación de este tipo de valores, se impulsa la imagen de una
femineidad engañosa y depravada, que pervierte y que rodea cada una de las libertades
de la mujer griega. En cambio, la masculinidad sobresale de una manera injusta
como íntegro e intrépido, por lo tanto superior.
-Lev
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