Son diversas las personas que a través del arte han logrado
transmitir sus ideas, pensamientos, sentimientos y emociones. El arte toma las
cualidades y defectos de la humanidad, y las convierte en un carnaval de expresiones
efímeras llenas de estética y belleza subjetivas. En este ámbito destacan aquellos
individuos que son capaces de conectar con su lado sensitivo. Son famosas las
obras de aquellos artistas con mentes tormentosas que captaron el lado de la
realidad que muy pocos quieren reconocer: la depresión y la deformación de los
valores previamente aceptados por las sociedades.
La depresión es un mal que afecta drásticamente la vida
de las personas que la padecen. Es una de las enfermedades mentales más comunes
que existen, y, sin embargo, también es de las que menos recibe la importancia
que merece, debido a que no todos los individuos son conscientes de que la
sufren, o, si lo sospechan, deciden no acudir por un diagnóstico adecuado, a
causa de diversas circunstancias, ya sean sociales, económicas, o algunas más
específicas que varían según el caso de cada individuo. En el ámbito del arte,
en los últimos años se ha visto una normalización extrema de esta condición y
una negativa a visualizarla como un problema serio que no debe ser tomado a la
ligera, ni vendido bajo la romantización del “artista con historia trágica”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
depresión es “un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por
la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o
falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio
y falta de concentración.” Este grave trastorno modifica la vida de las personas
de manera que ocasionan un sentimiento de insatisfacción, frustración e
incomprensión que, como último resultado, puede conducir al suicidio.
De
acuerdo a estadísticas de la OMS aproximadamente 350 millones de personas en el
mundo sufren de depresión. Por su parte, en México, acorde con diversas investigaciones
realizadas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 15 de cada
100 personas en el país la padecen, y pueden pasar hasta 15 años sin que ellas
mismas sepan que lo hacen. La principal problemática que se puede identificar
se encuentra en que no se tiene una cultura y educación adecuadas en lo que
respecta a enfermedades mentales. Las personas suelen no tomar enserio sus
sentimientos, o no saber cómo lidiar con ellos, volviéndose propensos a hacer
lo mismo con los de los demás.
Es
importante concientizar acerca de la salud mental de los artistas, y de cada individuo
en general. Si bien para muchos el arte representa una forma de exteriorizar lo
que sienten, y una terapia autodidacta que les genera alivio, no puede reemplazar
un tratamiento clínico adecuado y especializado que sólo obtendrían si acuden a
recibir ayuda psicológica o en casos más particulares, psiquiátrica. A través
del arte podemos distinguir llamados desesperados de personas que necesitan
ayuda. Es nuestro deber como seres humanos ser empáticos y no dejar que sus voces
sean silenciadas. Escuchemos, reflexionemos y actuemos para que más vidas y
talentos no se sigan perdiendo.
-Melissa Fuentes
-Melissa Fuentes
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