De algún lado tuvo que salir la magia para aprender a teñir de azul la atmósfera cinematográfica y poner la melancolía en pantalla. Así es, alguien se lo enseño a Sofia Coppola y a Barry Jenkins, alguien que logro dar color a la esencia nostálgica de la
Nouvelle Vague, y ese fue Wong Kar-wai. Considerado un poeta audiovisual más que un director cinematográfico, Kar-wai ocupa un lugar sagrado en el cine de culto con obras como
Dias salvajes (1991),
Chungking Express (1994) y
Deseando amar (2000). El reconocimiento del director y su fuerte influencia en el mundo del cine, tiene origen en su inigualable capacidad para transfigurar los recursos cinematográficos en un estado anímico en particular, la melancolía.
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Deseando amar (2000) |
La atmósfera cinematográfica del temperamento Kar-wai, comienza en la narrativa no lineal que suelen presentar sus historias; las escenas en desorden funcionan como un recurso para evocar el estado vago y en sosiego de la melancolía. La manera mas natural y espontánea de llevar esto en pantalla, es con un guión que se escribe a medida que se filma la película, tomando inspiración de la música, el escenario y la improvisación actoral. Esta técnica refleja la fuerte influencia de cineastas como Jean-Luc Godard en el estilo de Kar-Wai, quien no utiliza storyboards ni planos de organización previos a la producción.
La manipulación de la narrativa sin un guión sólido obliga a hacer uso de otros recursos que permitan comunicar la historia de manera espontánea, pero efectiva. Wong Kar-wai y su director de fotografía Christopher Doyle, desempeñan magistralmente esta técnica jugando con todo tipo de efectos durante la filmación, dejando que la expresión visual sea la historia misma. Algunos de estos efectos y/o técnicas son: la cámara lenta, encuadres no centrados, undercranking, oscurecimientos y el rack focus.
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Chungking Express (1994) |
El color ocupa otro de los recursos importantes en la construcción de la atmósfera melancólica del director hongkonés. La "pirotecnia visual de Kar-wai", como la describe el crítico Peter Brunette, es el producto de la técnica
Step-Printing que produce una distorsión del tiempo, resultando en la dispersión de los bloques de color primario, en luz iridiscente. La técnica se traduce a la pantalla como una difuminación acuosa del movimiento o un borrón de acuarela impregnado de color. De esta manera Wong Kar-wai ha logrado capturar las luces neon, el ambiente nocturno y la escena grunge en películas como
Fallen Angels (1995), la nostalgia romántica, narrada en saturaciones rojas, verdes y azules en
Deseando amar, y los colores pasivamente brillantes del día en
Chungking Express. La obra de Kar-wai se presenta como un caleidoscopio de colores e identidades, lo mas cercano a dar color a una novela de Murakami, a quien el director cita como influencia en este aspecto.
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Fallen Angels (1995) |
Por ultimo esta la música, el recurso mas personal a la maquinaria narrativa de Kar-wai. El director elige especialmente la banda sonora que acompaña cada una de sus películas. Entre una extensa variedad de canciones, Kar-wai elige aquellas que representen el momento justo que atraviesan sus personajes. Vemos a la joven Faye (interpretada por Faye Wong) en
Chungking Express obsesionada con el éxito
California Dreamin, y es que claro, su sueño es viajar a Norteamérica. En
Deseando amar, el director eligió canciones de su infancia que reflejan su origen mestizo, escuchamos algunos boleros románticos destacando la versión de Nat King Cole cantando en español
Quizás, Quizás, Quizás, una canción perfecta para el amor ausente que trata la película.
Wong Kar-wai es y será siempre un maestro y ejemplo para llevar la melancolía al cine. La técnica que sus propios personajes exigen estando atados a un recuerdo, a su soledad en multitud, su simbólico apego a los mas raros objetos y sus sueños de un amor que ya nació estando muerto.
-Cineriana
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